Este proyecto se entiende, como una sucesión de volúmenes de distintas alturas y tamaños, que se agrupan y solapan, para generar una fachada con movimiento e identidad morfológica propia. Esta identidad se enfatiza con el revestimiento de ladrillo visto, el cual está pintado para aportar una textura homogénea, que juega con las sombras que se arrojan los volúmenes entre sí.

Cada volumen, contiene un espacio con carácter independiente. Por lo tanto, a medida que se recorre la casa, se pueden ir descubriendo espacios, encontrando visuales, proyecciones de luz y sombra, lo cual hace que la experiencia de vivir la casa sea muy interesante.

Otra característica particular, es el aventanamiento. El cual responde a criterios independientes en cada volumen, según la sensación espacial que se quiera lograr y la proporción que mejor cuadre con la volumetría exterior.

Si bien, es una casa plagada de elementos disruptivos, la imagen general evoca un estilo más conservador. La clave de este diseño, se encuentra en el buen uso de las proporciones, la luz y las sombra.